La noche del domingo 25 de septiembre de 2011 nos trajo una velada que quedará en el recuerdo de todos los que allí asistimos. Se presentaba la banda que le dio forma al género Heavy Metal y creó el código de vestimenta de los metaleros, con 42 años de historia a cuestas Judas Priest plenó el estacionamiento del CCCT con sus poderosos riffs de guitarra y la característica voz del Dios del Metal, Rob Halford.
Profit Producciones, para alegría de los que hemos asistido a unos cuantos conciertos en el país, se encargó impecablemente de la producción del evento. Puntualidad, orden y buen sonido estuvieron a la orden del día.
Resistencia |
Whitesnake en plena acción |
Me gusta bastante Whitesnake. De las bandas de metal británicas que tomaron el camino más edulcorado es una de mis favoritas junto a Def Leppard así que mi expectativa era relativamente alta aunado al hecho de que su álbum de retorno del 2008, Good to Be Bad, me parece excelente. Los músicos estuvieron a la altura sonando bien duro con Aldrich a la cabeza, un excelente músico capaz de darle la fuerza necesaria a la guitarra. Hubo un duelo de solos entre los guitarristas que estuvo bastante bien pero el que se robó el show fue Tichy con su solo de batería, hizo algunas cosas interesantes con las baquetas y llegó a tocar con las palmas de las manos, todo un espectáculo. Tomen en cuenta que he visto a Mike Portnoy varias veces en vivo.
Tengo un pero: Coverdale. Su voz ya no es la misma y depende del apoyo vocal, el cual en ocasiones fue exagerado. En ese orden de ideas, a un señor de 60 años ciertas actitudes en el escenario ya no le quedan bien, pero bueno, es su estilo y son las letras, sin duda morirá así.
Whitesnake se despide |
El telón de Judas Priest |
Halford ya no puede dar carreras por la tarima, pero si puede imponer respeto en la audiencia con su intimidante presencia, sacerdote rindiéndole pleitesía a Judas, mientras su voz extasiaba a los metaleros de todas las edades y clases sociales que allí se dieron cita. Ya había dejado la comodidad de la zona VIP para poder apreciar desde cerca este espectacular show.
Posteriormente le tocaría el turno a Heading Out to the Highway del álbum Point of Entry. De la etapa más reciente de la banda nos traerían Judas Rising del Angel of Retribution. Saltarían bastante atrás en su discografía para tocar Starbreaker del Sin After Sin, Victim of Changes del Sad Wings of Destiny y Never Satisfied del su primer álbum, Rocka Rolla de 1974, con un recordatorio de Halford de lo vieja que es esta canción. Con Diamonds & Rust, su versión (con Priest treatment) de la canción de Joan Baez vendría el final de la primera parte de este concierto hasta ahora muy bueno.
Halford, un tipo verdaderamente simpático como se desprende de sus entrevistas, caminó por el escenario, lució diferentes capas, se comunicó mucho con el público y claro está, salió en su moto. Hubo varios cambios de fondo del escenario. Los juegos de luces fueron decentes, incluyendo los que describieron figuras en los edificios aledaños al CCCT. Una presentación relativamente sencilla pero impecable y con los recursos técnicos bien empleados.
Con un aire más pesado arrancan con Prophecy del Nostradamus, álbum con el que demostraron que estaban de vuelta y en forma. Seguiría la pegajosa Night Crawler de Painkiller y Turbo Lover de Turbo, no precisamente una de mis favoritas de la banda. A continuación una de las canciones más complejas de la noche, la excelente Beyond the Realms of Death del Stained Class.
Antes de la gira se anunció el retiro de K.K. Downing del grupo, una verdadera lástima la partida del guitarrista que junto al bajista Ian Hill fundaran Judas Priest. El sustituto: Richie Faulkner, quien dejó la banda de Lauren Harris (la hija de Steve Harris, por cierto, esta debería ser la segunda vez que visita el país ya que Lauren Harris teloneó a Iron Maiden en Caracas en el 2009). Tarea nada fácil. Musicalmente hablando el tipo es bueno, muy bueno, pero hay algo en su actitud y su imagen que para mi no concuerda armoniosamente con los otros miembros más veteranos de la banda. De todas formas el trabajo lo hace y muy bien.
El concierto seguiría con The Sentinel de Defenders of the Faith, una canción que siempre me recuerda a Iron Maiden, o Iron Maiden me la recuerda, como prefieran, ya que Judas es gran influencia de los Irons. Seguiría Blood Red Skies del Ram It Down y la segunda versión de la noche: The Green Manalishi de Fleetwood Mac (del viejo Fleetwood Mac, el rockero, resaltaba Halford) sirviendo la antesala para lo que considero la tercera parte del show: el final apoteósico. Arrancaron con Breaking The Law del British Steel (la canción más popular de la banda con una especial dedicatoria de Halford a todos los rockeros). Un solo de batería (no muy excitante) por parte de Scott Travis serviría de intro para Painkiller, el momento más "violento" de la noche.
Siguiendo en esa tónica y después de la primera solicitud de "otra, otra" del público seguiría Electric Eye de Scream for Vengeance, Hell Bent for Leather de Killing Machine y You've Got Another Thing Comin' del Screaming for Vengeance nuevamente.
Para cerrar, con el segundo encore, tocarían el himno Living After Midnight de British Steel, el álbum que más repitió en este paseo por la discografía de estos músicos británicos, leyendas del metal, un verdadero lujo en Caracas. Otro hito en mi historial de conciertos.
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