tomado de eud.com
Muy pocas veces el presidente de la República ha hecho referencia al principal problema que agobia al país: la inseguridad; y, cuando lo ha hecho, ha sido enfático en señalar que la solución no pasa por la represión (i.e. por aplicar una mano dura contra el hampa), pues sus causas estarían asociadas a factores socio-económicos derivados del capitalismo, como si el sistema capitalista antecediese a la delincuencia.
Entre líneas queda implícito en lo que dice el Presidente que: para frenar la inseguridad habría que atacar sus causas directamente; es decir, que el problema es estructural y que, por tanto, la solución es alcanzable únicamente en el largo plazo, cuando el capitalismo haya sucumbido por completo y el socialismo del siglo XXI haya ganado la batalla. Lamentablemente, así piensa el Presidente, al confundir el tratamiento de los síntomas (delincuencia) con el de la enfermedad (exclusión).
La preocupación es que, si uno toma en cuenta las conclusiones erróneas del Presidente y la experiencia asociada a los últimos 10 años transcurridos durante los cuales la situación lo que ha hecho es empeorar, uno infiere que el problema de la inseguridad se resolvería en 20 o 30 años más, cuando, según el Presidente, el socialismo se haya consolidado.
Que las causas del problema sean en gran medida socioeconómicas no deja de ser cierto (aunque, en la actualidad, otros factores como el tecnológico son también importantes), pero que estén asociadas al sistema capitalista en particular no lo es, como tampoco lo es que no existan medidas coyunturales de corto y mediano plazo para resolver el problema, o a lo menos para reducir el número de crímenes, y la delincuencia en general.
Lo que plantea el Presidente es algo tan absurdo como lo es afirmar que a un infante que convulsiona por alguna enfermedad no debe bajársele la fiebre, pues, en última instancia, ésta sería reflejo del padecimiento y, por tanto, habría que esperar a la curación para que desaparezca: Presidente, la fiebre (es decir, la inseguridad) hay que bajarla cuanto antes, independientemente de si el padecimiento sigue allí; se trata de 2 problemas distintos que, aunque son interdependientes, tienen soluciones en distintos momentos en el tiempo.
Olvídese de cuentos Presidente: el problema no es del capitalismo, ni del feudalismo o del esclavismo; el problema es un problema de exclusión en general, que bien podría inclusive exacerbarse en el marco del socialismo del siglo XXI, si el sistema no es capaz de generar suficiente ocupación y reinserción: nadie que esté ocupado formalmente dispone de tiempo para robar, atracar, secuestrar o matar.
Es responsabilidad del Gobierno acabar con la fiebre y la enfermedad. Para la fiebre: mano dura contra el hampa común y organizada, las mafias, los paramilitares y guerrilleros, los regimenes policíacos penetrados y los tribunales y jueces prostituidos; o las políticas de incitación a la violencia político-social, polarización, división y otras destinadas a armar a la población; prohibir los CDs quemados con datos bancarios que faciliten los secuestros; pero, sobre todo, identifiquen y rescaten a los menores quienes (por robar una vez) son excluidos y obligados a retornar al único sistema que les acepta: el de la delincuencia.
Y, en relación a la enfermedad: garanticen el pleno empleo; implementen políticas que aumenten la rentabilidad y reduzcan el riesgo de la producción y el empleo nacional; fomenten la inversión en niveles nunca antes vistos, aprovechando el capital nacional, pero también el capital y el mercadeo extranjero, éste último particularmente como instrumento de desarrollo y expansión de las exportaciones no petroleras, las cuales sí generan empleo; contraten sociólogos, trabajadores sociales, etc., para que reeduquen a la gente, y reconquistemos los barrios.
Lo anterior es sólo una pequeña parte de lo que se puede hacer. Pero, en todo caso, esencial es la reinserción de los menores que hayan delinquido para acabar con la fiebre, y el pleno empleo para acabar con la enfermedad.
Visitante académico en el New School University, NY, EEUU
Profesor del CENDES/UCV
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